
También conocido como Sr. D, es el dios griego del vino, las uvas, las cosechas, la locura, el teatro y las fiestas. Hijo (y a la vez tataranieto) de Zeus y la mortal Sémele (hija de Harmonía), gestado en el muslo de Zeus tras la muerte de ésta y casado con Ariadna. Su contraparte romana es Baco.
Es el director del Campamento Mestizo de Long Island, para su gran pesar, debido a que Zeus lo castigó durante 100 años porque se encaprichó con una ninfa que estaba prohibida, aunque tras la Batalla de Manhattan le rebajó el castigo a 50 años. También le prohibió el consumo de alcohol.
Sus símbolos son su tirso, su copa de plata, las vides, el leopardo, la pantera, la cabra y el burro.
Es pequeño y gordo, con cara regordeta, nariz roja, ojos acuosos y cabello rizado de color negro azabache. Normalmente tiene sus ojos azules inyectados en sangre y por lo general, viste camisas hawaianas y zapatillas de deporte de color púrpura. Muy guapo en su juventud.
Es conocido por luchar valientemente. Puede hacer crecer, controlar y convocar plantas, pero prefiere las uvas y fresas. Como dios de la locura es capaz de inducirla y curarla. Siendo el dios del vino, puede manipular el alcohol. Puede transformar a las personas y objetos en cosas relacionadas con el vino y también puede convertir a las personas en animales. Puede aparecer en cualquier lugar donde se celebra una fiesta y sus propias fiestas son salvajes e infames. A pesar de que desprecia a las Ménades, maldice a cualquiera que hiera o mate a una de ellas.
A primera vista, parece ser desagradable, le gusta llamar a la gente por nombres incorrectos. A menudo suele mostrarse amargado y grosero con los semidioses, tanto por su castigo como por Teseo, quién abandonó a la princesa Ariadna en una isla en el Mediterráneo antes de que Dioniso la rescatase y la convirtiese en su esposa. No le agrada ser conocido como «el tipo del vino». Sin embargo, a pesar de la impresión que trata de dar y muy en el fondo, se preocupa por sus campistas. Está dispuesto a enviar ayuda usando sus poderes divinos cuando un campista está en peligro y necesita desesperadamente auxilio.
